Literatura tecnológica

En la era de los mass media como fuente de desinformación, aparece una nueva manera de llegar al público, esto es, sin lugar a dudas, la tecnología.

Hoy, el público no es un espectador pasivo, por lo menos el público cibernético. Así, se exige a los medios realizar un periodismo más exigente, ante una competencia que ahora, además, posee a su favor la característica de ser multimedial.

¿Qué pueden hacer los medios ante esto?

Simplemente adaptarse. No hay nada mejor que esta mezcla de caracteres entre letras y códigos textuales de la era literaria tecnológica.

Pero, seamos sinceros, el público chileno aún es muy pasivo y manipulable, aunque no todos. Poco a poco el espectador cibernético se ha ido autoculturizando. La noticia se puede ver desde perspectivas distintas mediante la hipertextualidad.

Mas, no se puede negar que la televisión, al menos en Chile, sigue liderando como medio masivo de comunicación. No obstante, esto se podría revertir. Mientras la gente se acerque de mejor manera a las máquinas, aprenda a convivir y desligarse a la vez, puede ocurrir un fenómeno bastante atractivo. La mente del ciudadano debe cohabitar con la máquina, y a su vez no dejarse dominar.

Hay que tener cuidado, sobre todo porque la información dentro de la máquina tiende a ser muy manipulable.

Pero… ¿qué sucede? El poder económico que comanda a los medios siempre tiene una tendencia política específica y, junto a ello, la mayoría de los medios están en su poder. Entonces se vuelve una especie de monopolio mediático. Claro está que hoy las fuentes multimediales están revirtiendo esta situación.

Mediante el ciudadano se adueña de medios de libre expresión y difusión gratuita, como por ejemplo los blogs, se deja netamente al descubierto una variedad de información. Pero, si la información de mayor importancia se reparte en los medios tradicionales, volvemos a la misma rueda.

Hace falta que el receptor construya sus opiniones. ¿Cómo lograr esto? Primero, debe existir un conocimiento del receptor para saber cómo llegar a él y desde qué punto abordar las noticias. Por consecuencia, la tecnología debe mostrarse como un intermediario entre noticia y receptor. Esto es, la noticia se debe crear con la tecnología y no separarse de ella. La tecnología puede llevar a la información tan lejos como ella misma se ha difundido. La información se debe difundir a base de una construcción de noticias, no como una simple exposición.

Ante estas reflexiones, parece profundamente paradójico cómo entre las 9 y 15 hrs., la televisión chilena sólo difunde mediocridad.

Mientras la televisión muestra medios de desinformación, el lector cibernético debe estar construyendo sus perspectivas.

Gracias a la fácil difusión de información, podemos elegir.

Créditos: Foto del teclado por john_a_ward y encontrada en flickr.